domingo, 20 de julio de 2008

No era una estrella


Lo que se observaba en la pupila de sus ojos… Eran las alas de su alma, que por primera vez despegaban para volar en busca de sus metas, son pequeñas y grandes, pero todas muy importantes para completar su camino.

Hoy ha decidido no tener miedo a lo desconocido, volar por lugares y rutas sin importar los obstáculos que se pueda encontrar, solo arriesgándose descubrirá hasta donde es capaz de perseguir sus sueños e ilusiones.

No hay nada que perder y mucho que ganar. El día de mañana podrá contar; lo intenté y me quede en el camino o bien, volé y alcancé lo deseado. Pero que triste sería decir nunca lo intente y no sé que habría pasado.

Dicen que es de valientes ir por caminos desconocidos sin saber los obstáculos que se nos presenten, pero ¿cómo descubrir hasta donde somos capaces de llegar? Sí nunca lo intentamos por el miedo a perdernos.

Hay momentos que nos hacen tan felices que merece la pena decir: Sí volviera a nacer lo volvería a vivir asumiendo las consecuencias.

Sin miedo a nada rompiendo las cadenas que nos hacen prisioneros evitando liberarnos de nuestro propio miedo.

No hay comentarios: